Cuando nos reunimos con la wedding planner para diseñar estas invitaciones, la novia me dijo: me voy a casar en un restaurant frente al mar, pero no voy a poner nada de playa en la decoración y tampoco quiero que la invitación sea temática de mar… ni peces ni caracoles.
Su frase (publicada en su instagram @torcelloeventos) “una boda nace directamente del corazón de una novia”; lo explica perfectamente: Gaby tenía una idea super clara de como quería que se viera su boda, porque en esta ocasión, me encontraba yo con que la novia era también diseñadora y estilista de eventos.
Después de los novios, cada boda tiene un protagonista. Algunas parejas se enfocan en las flores, otros en los souvenirs, un chiste interno en la presentación de la comida, en la hora loca, etc. Cada pareja se da “su gustico” con lo que más lo identifica o como quiere que sea la experiencia de sus invitados en su gran día. El detalle de esta boda se encontraba en unas piedras de Agatha de las que Gaby se había enamorado y había decidido utilizar en vez de PlaceCards en la mesa… la única mesa, ya que esta boda sería un evento íntimo de unas 35 personas, en un restaurante con vista al Mar Caribe.
Las chicas me mostraron su moodBoard y me explicaron como querían que todo se sintiera sutil: tonos neutros de azul y grises, texturas suaves y naturales. Decidimos aprovechar las vetas suaves de la piedra de Agatha y pedimos a Mamilabella nos creara una ilustración para utilizar en las diferentes piezas de esta boda. A partir de ella se desarrolló la paleta de colores de todo lo que iría impreso.
La invitación la diseñamos con caligrafía suelta, sin lineas guías ni academia, e imprimimos en un tono de gris frío y en relieve, sobre una cartulina blanca accidentada y de textura fuerte, que aprovechamos para cortar de manera rústica, resaltando la fibra de su contenido de algodón.
Al ser una boda fuera de la ciudad (técnicamente, una boda de destino), la ocasión se prestó para entregar con la invitación, un mapa de Santo Domingo, desde Zona Colonial hasta Boca Chica, el pueblo playero donde se encontraba el restaurante en el que se celebraría la boda.
El exterior y portada del mapa doblado en dos, tendría de fondo sangrado, la ilustración (medio abstracta) de las vetas de la Agatha. En el frente, el monograma de los novios, de diseño sobrio con las iniciales de sus nombres, en blanco.
Ambas piezas estuvieron contenidas en un sobre de papel vegetal, con caligrafía en blanco que caería sobre el fondo veteado del mapa, y de cierre un sello de cera con el monograma de los novios. Este diseño sobrio y estructurado de sus iniciales haría contraste con lo fluido de las demás piezas de la boda, pero serviría como diseño atemporal para la pareja seguir usando en el futuro.
Para la mesa, escribí en tinta nácar los nombres o apodos de cada invitado sobre las piedras de Agatha, dándole un toque más personal a cada puesto, y que haría también la función de souvenir para los que asistirían a la boda. Estos acompañaban en cada plato base la servilleta de tela y el menú; escrito en tinta de nogal en el mismo estilo de la invitación, con detalles de las vetas del mapa y un sello de cera… todo amarrado dulcemente con cinta de seda rosa pálido en un nudo al descuido.
Para la post-boda, diseñamos para Gaby y William, tarjetas de agradecimiento con su monograma impreso en el frente en el mismo relieve y tinta de su invitación, que acompañamos con sobres en un gris pálido de su paleta de colores.
El ambiente fresco de su celebración se nota en las fotos, y planners al fin, Gabriella y las chicas de WePlan aprovecharon el montaje de la boda para retratar las invitaciones que diseñamos. Gracias por estas fotos tan hermosas y felicidades por su unión, Gaby y William!
FOTOGRAFÍA: @jorgemendezfoto
DISEÑO Y DECORACION: @torcelloeventos
WEDDING PLANNER: @weplan
LOCACIÓN: @oysterbayrd
CAKE: @encajesdeazucar