
Entre boda y boda, me aparece de vez en cuando un proyecto de diseño de identidad. Debo confesar que ME ENCANTA meterme a opinar… trato de disimularlo, pero es inevitable que mi sangre de diseñadora no encuentre un “periquito” en todo lo que se me cruce por el medio. Cuando se mezcla una oportunidad, con un exceso de confianza (de lanzarme tipo kamikaze a proponer cambios), suceden cosas como esta:
Hace un tiempo, mis amiguitas Ambar y Crystal me pidieron un sello y unas tarjetitas personales “impresas bellas” para su negocio We Plan.
Comencé a trabajar sus piezas (era bastante mecánico todo), y sentí que su logo actual no me cuadraba con el formato redondo del sello que me solicitaron… “me picó” la diseñadora y entré a su instagram para ver desde cuando lo estaban usando.


Para ese momento habrían pasado 8 años (¡ahora van 12!!!), y éste sonaba como un buen número para hacer un “face lift” <3.
Si algo hay que entender de los re-diseños, es que hay dos formas de hacerlos: Cambiando casi completamente, o ajustando lo mínimo para refrescarlo.
Consciente de que el diseñador del logo original lo hizo con mucho amor (resulta ser el esposo de una de ellas) y que a ellas todavía les gustaba, entendía que lo que debía proponer era un refresh; mantener la idea y mood general de su identidad y buscar formas de adaptarlo de manera que funcione para nuevos formatos que ahora se le presentan a estas wedding planners.
Comencé por analizar el lettering: la intención de la tipografía, como estaban construidas las letras, qué podía mantener y que debía cambiar. Hace 8 años, esta tipografía quizás funcionaba, pero en el mercado actual, con un boom caligráfico como el que se mueve, los errores en la construcción de algunas letras lo hacían sentir “outdated”.
Las chicas son apellido Luna, y en su logo tienen una lunita que aparece como el ícono de su identidad. Me encantó el detalle, y decidí incluirlo en el nuevo lettering pero con un nuevo approach. Utilicé dos lunas en este caso, para representar a cada una de las chicas; ya no es solo un apellido en común, ahora cada una tiene un rol definido, que han ido puliendo en estos últimos 8 años de hermosos y “añoñados” eventos. El usar las dos lunas me ayudó a balancear la composición insinuando simetría tanto por su peso como por su color.
Hablando de color, mantuve la paleta original de los grises y amarillos, ahora proponiendo el integrar dorado en impresión, pero dejando abierta la posibilidad de que el logo cambie de color según la temporada y el uso que se le esté dando.
Personalmente me canso de TODO muy rápido, y creo un logo que no pueda variar en color (sobretodo en un ambiente tan temático como el de event planning) sería muy aburrido. Por eso sentí que debía dejar abierta la posibilidad de adaptarse a las temporadas, los moods de las diferentes piezas que quieran producir en los próximos años.

Yo se que es una moda hacerlo (y me choca mucho cuando un logo dice “desde XXXX” y te das cuenta que el año que aparece es apenas un año atrás…) pero decidí incluir su fecha de fundación en una de las versiones de rosetas, porque en los últimos años han surgido docenas de compañías de eventos (pa’ los que decían que “la cosa ta’ mala”) y me parece importante demostrar el tiempo que tienen activas estas dos “guayadoras profesionales de la yuca”.
Estas son sus piezas, con sus diferentes aplicaciones y medios de impresión. Aunque no me lo habían pedido, el logo que diseñamos, coincidió en ese momento con el rediseño con el lanzamiento de su nuevo website. Pueden visitarlo haciendo click aquí.


¡Felicidades chicas en su aniversario número 12!
Gracias por llevarse de mi y aguantar durante los últimos años todas mis pequeñas “pataletas gráficas”).
Conócelas en https://www.weplaneventsrd.com/ o visita su instagram @weplan