Hasta el último minuto, creo que ni los que íbamos a participar como guías o vendedores, entendíamos bien lo que sería este evento. Por eso, quienes se lanzaron a acompañarnos en esta celebración de las artes y manualidades, fueron aquellas personas que ya conocían de la trayectoria de Rie, sus talleres, su compromiso con la creatividad, sus vendors y sus seguidores.
El evento se inauguró el viernes, con una cena navideña, en la que a la hora de las palabras de bienvenida, Emely Muñoz, fundadora de Rie, me invitó junto a @lolitasjourney y @lapeccataminuta a compartir un poco de nuestra experiencia. Personalmente, sentía miedo de que el mood del evento se pudiera poner un poco nostálgico (por la naturaleza de la información que estábamos compartiendo) pero sucedió lo contrario. Nos recibieron con amor y el ambiente se sentía mágico. Cerraron la noche los discursos de Mr. Pichón (diseñador industrial) y Carolina Saladín (maquillista) los cuales dieron ejemplos de las posibilidades de la creatividad.
El día 2 transcurrió entre mini talleres, de dibujo y uso de acuarelas, de lettering, de documentación, origami, etc, entre los cuales se encontraba el que impartí yo, de dibujo y lettering con tiza.
Durante el break entre cada taller, los asistentes visitaban los diferentes stands que exponían, y participaban de los “Make and Take” (que eran proyectos fáciles y cortos de crear, con los productos y materiales que cada uno presentaba o vendía en la feria). Salimos de ahi con Tarjetas navideñas troqueladas, tablitas de madera con lettering embosado, Banditas de flores para niñas, bolas de navidad ilustradas, libretas decoradas, aretes hecho con origami (que con el dolor de mi alma me faltó crear) y probamos postres dominicanos divinísimos. Cada taller incluía todos los materiales necesarios para crear su proyecto, lo que resultó en que al final del día, a los goodie bags no le cupiera ni un lápiz más.
La última actividad era crear el mood de año nuevo. De repente me encontré junto a dos queridas amigas, haciendo un conteo regresivo con un gorro de papel (que creamos ahi mismo) en la cabeza, un globo inflado en una mano, una copa de espumante en la otra, y un merengue típico navideño a todo volumen en el fondo. Al llegar a 1 (anunciando las “12 de la media noche”) todos brincamos, explotamos los globos que llenaron el lugar de confetti, brindamos, nos felicitamos por el “año nuevo” y bailamos. Por un momento estuve desconectada, me aceleré tanto que se me olvidó que estábamos en noviembre, y 200 selfies y videos más tarde, me pareció que si no todos, pues la mayoría de los presentes sentimos la misma explosión de lo que fue el broche de oro para cerrar Manos a la Navidad. Felicidades Rie, felicidades Emely, después del éxito de este evento, creo que no podrán esperar un año para un próximo.